La periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura en 2015, será la encargada de inaugurar la 16ª edición de Cosmopoética 2019 en el otoño cordobés. Autora de obras como El fin del homo sovieticus y la reconocida Voces de Chernóbil (1997) que ha inspirado la mundialmente célebre serie de televisión, aunque no se cite su nombre en los títulos.

La explosión del reactor nuclear en la central Vladimir I. Lenin del norte de Ucrania, frontera con Bielorrusia, un fatídico 26 de abril de 1986 a la 1.23 de la madrugada, fue como experimentar el infierno en la Tierra.

Los protagonistas de su narración son los propios supervivientes, exponiendo crudamente el heroísmo de quienes se sacrificaron conscientemente para aminorar la dimensión de este apocalipsis. Como paradigma este ensayo narra la historia de Vassili, el bombero que arriesgó su vida y la perdió una semana después de haberse casado. Una tragedia que marca un hito histórico cuyas consecuencias sufrieron Rusia, Bielorrusia y Ucrania, así como el resto de países hasta donde llegó la nube tóxica de la muerte. Después de exiliarse en París y en Berlín, la escritora, hija de padres ucraniano-bielorrusos, vive en la actualidad en Minsk, en un pequeño apartamento con vistas a un lago.

En su obra La guerra no tiene nombre de mujer (1985) entrevista a mujeres rusas que participaron en la Segunda Guerra Mundial. Estas mujeres cuentan lo que en su momento callaron por miedo a entrar en conflicto con la versión oficial, lo que las hubiera llevado a prisión.

La escritora denuncia como en la Rusia de Putin todavía continúa vigente la ley que prohíbe cualquier interpretación sobre la guerra que ponga en entredicho la verdad oficial. Muchos jóvenes no han oído hablar jamás de la terrible represión de Stalin. La propaganda del régimen autoritario se escuda en el relato del mito de la Gran Victoria contra el nazismo para olvidar los campos de exterminio como Gulag y Kolimá.

Somete a crítica al presidente bielorruso Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994, y se opone a la pretensión del presidente Putin de querer una mayor integración con Bielorrusia, que en realidad esconde la estratagema de una futura anexión como hizo con Crimea por la vía de los hechos. Explica como la Ucrania actual considera a Rusia un Estado agresor y entre los rusos nacionalistas hay un sentimiento antiucraniano. Bielorrusia teme el espíritu de libertad de Ucrania que ha apostado decididamente por Europa y por la democracia.

Svetlana desvela en sus obras todas estas tropelías totalitarias del régimen del Kremlin, por lo que es considerada como enemiga, aunque la inviten a intervenir en las ferias del libro de la Plaza Roja. Su especialidad es dejar fluir las voces, ya sean en novelas o monólogos en torno a las experiencias del hombre postsoviético. Sus escritos sobre estos hombres y mujeres reflejados en documentales para la memoria histórica, en obras de teatro, en series de televisión y en la gran pantalla.

Svetlana Alexiévich se propone escuchar a todos los participantes en el drama del comunismo, atrapados en un espacio totalitario. En su obra indaga e investiga el fin de un imperio, denunciando con valentía los falsos mitos soviéticos, habiendo sido víctima ella misma de todo tipo de represiones a lo largo de su vida y su obra.

La Academia sueca al premiarla destacó que sus escritos «polifónicos» son un monumento al sufrimiento y al coraje de unos pueblos, retratando de manera crítica la realidad y el drama de la mayoría de las poblaciones de la antigua URSS, dejándonos a su vez un tiempo y un espacio para la esperanza.

* Profesor