Señora Díaz: dice que le da repugnancia que la oposición le achaque casos de corrupción de hace 10 años. Pues bien, a la ciudadanía nos da vergüenza (no voy a emplear la palabra repugnancia) su gestión al frente de Andalucía. Vergüenza que haya criaturas viviendo y durmiendo en la calle, vergüenza de colegios sin climatización, vergüenza de listas de espera en la ayuda a la dependencia, vergüenza de los enchufismos, de los desahucios, de la corrupción, trabajadores cobrando 600€ al mes, jóvenes que se van a otros países a trabajar, vergüenza de que los mayores se tengan que «tirar a la calle» para reclamar una pensión digna. Podría seguir y seguir, pero, ¿para qué? Yo creo que le «he pillado» su estrategia, el don de la palabra, y su risita, que nos eclipsa, nos encandila, nos entusiasma, nos embelesa. La admiro por ser una buena oradora, pero a mí, no me engatusa más. Queda poco más de un mes para las elecciones, cuidado con las confianzas, que ya en las primarias se la «pegó», y en estas votaciones de diciembre se puede llevar una amarga sorpresa. De los cuatro grandes partidos, hay una tal Teresa Rodríguez que puede dar las campanadas de Fin de Año.