El astrofísico británico Stephen Hawking, quizá el científico vivo más famoso del mundo, cumplió ayer 75 años en la cúspide de la fama, con un loable historial de influyentes teorías, libros superventas, decenas de premios y hasta una película. Pero haber llegado a los 75 años no sería algo tan extraordinario, si no fuese porque lo ha hecho desafiando todos los pronósticos. Hawking, nacido el 8 de enero de 1942 en Oxford, ha sobrevivido a una destructiva enfermedad cuyos afectados suelen tener una expectativa de vida de entre dos y cinco años. A los 21 años se le diagnosticó con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una dolencia degenerativa que le postró en una silla de ruedas pero no logró mermar su arrojo e ilusión por la vida. A la vista está.