En las pasadas generales ha sido lugar común hablar del voto fragmentado. Conocidos los resultados, el lamento del PP al respecto ha sido claro. Pero ahora vienen las elecciones municipales, y, al tiempo que se mantienen en Córdoba por el ala derecha las candidaturas de Ciudadanos, PP y Vox, en el espacio a la izquierda del PSOE se dibuja otro trío más fragmentado, si cabe, y más confuso para el elector, dado que será difícil encontrar en ellos diferencias ideológicas significativas. Si en las generales la fórmula de Unidas Podemos se mantuvo pese a que en la anterior cita electoral la alianza con Izquierda Unida supuso un retroceso para la formación morada, en las municipales no se ha llegado a acuerdos, de manera que en Córdoba capital tendremos tres listas. Una, la de IU, encabezada por el actual primer teniente de alcalde, Pedro García. Otra, la de Podemos, que se desliga de la agrupación de electores Ganemos con la que concurrió en el 2015 y pone a Cristina Pedrajas al frente (si bien hay una denuncia ante la Junta Electoral por considerar que la dirección andaluza ha laminado a candidatos respaldados en las primarias y la lista está inscrita «en fraude de ley»). Finalmente, Ganemos Córdoba, que ahora es Ganemos en Común Córdoba, con Teresa González. Y menos mal que la Junta Electoral ha retirado una candidatura de nombre similar que se había presentado. Confuso, ¿eh? Pues a buscar las razones de este festival de siglas y a especular sobre las consecuencias.