Los padres sinodales que componen la Asamblea Especial para la Región Panamazónica han dado luz verde al documento final tras intensas jornadas de votaciones de los 120 puntos sobre los que se ha dialogado durante tres semanas de trabajo. ¿El resultado? Decenas de propuestas que a partir de ahora están en manos del papa Francisco para que se conviertan en punto de partida para una futura exhortación apostólica. Un pequeño y humilde resumen quiero hacer del documento final -editado en Vida Nueva- del sínodo para la Amazonía, serían los siguientes puntos: A) Asumir, ante la extrema amenaza del calentamiento global y el agotamiento de los recursos naturales, un compromiso de defender en nuestros territorios y con nuestras actitudes la selva amazónica en pie, su biodiversidad y rica sociodiversidad para la humanidad y la Tierra entera. Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente. B) Reconocer que no somos dueños de la madre tierra, sino sus hijos e hijas, como cuidadores de una ecología integral, interconectada al género humano y toda la creación, con derecho a ser respetados sus pueblos en la sociedad y la Iglesia como iguales. C) Abandonar la mentalidad colonialista, valorando la diversidad cultural, étnica y lingüística en un diálogo con todas las tradiciones espirituales y caminar ecuménicamente en el anuncio inculturado del evangelio, con otras religiones y personas, en solidaridad con los pueblos originarios. D) Establecer en nuestras iglesias particulares una forma de vida sinodal, donde los pueblos originarios tengan voz y voto en el gobierno de las comunidades. E) Reconocimiento urgente de los ministerios eclesiales ya existentes en las comunidades, ministras y ministros de la palabra, valorando su atención a los vulnerables y excluidos. Reconocer los servicios y la real diaconía de la gran cantidad de mujeres que dirigen comunidades en la Amazonía hoy con un ministerio apropiado de mujeres líderes de comunidad. Se solicitó el diaconado permanente para la mujer. También propone, en el marco de la Lumen Gentium 26, fomentar el diaconado permanente, y ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad (viri probati), con formación adecuada, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para predicar la palabra y celebrar los sacramentos en zonas remotas de la región amazónica. A este respecto, algunos se pronunciaron por un abordaje universal del tema. Por el Papa ha pedido a los críticos que no hay que centrarse solo en lo intraeclesial, sino en la globalidad del documento.

*Licenciado en CC Religiosas