La culpa, en última instancia, la tiene su madre, por haber vivido de hablar de la niña y de su padre permanentemente en todo tipo de programas de televisión, pero resulta espantoso ver cómo se han mofado en el Carnaval de Cádiz de una chiquilla de 18 años, Andrea Janeiro. Es repulsivo. ¿Dónde están los sentimientos de esta gente?