Era por Navidad, cuando en las casas se prepara la gran fiesta del invierno, cuando la empresa Ros Zapata empezó a despeinar la calle Previsión y el Área de Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba colocó el cartel de «Perdonen las molestias» junto a otro más grande donde han borrado las fechas de comienzo y de final que pone «Calle cortada por obras». Iba a empezar el invierno -antes del 21 de diciembre—con la sensación de que la novedad del adecentamiento de la calle iba a restañar la herida que causó años atrás la marcha de la zona de un afamado supermercado español de origen valenciano, donde a veces nos hablábamos, tirando del carrillo de la compra, la madre de mi amigo Rafa Aranda y yo. La protesta de la huida de esa empresa no obtuvo respuesta y la calle, sobre todo en la parte comprendida entre Gran Vía Parque y Damasco, empezó a acumular el silencio de la resignación. Aunque con rabia. Que es el estado actual de la vecindad cuando ha visto cómo la soledad y el frío del invierno, que la ha tenido como adormilada, se ha tornado en temperaturas casi de verano, las propias de un mes desde que comenzara la primavera, que hacen hervir las pasiones y las protestas. Hasta los albañiles han dejado de echarse el bocadillo en estas aceras a las que tanto la oficialidad municipal como la empresa constructora han abandonado en esa soledad de campo de refugiados donde las personas con más de 90 años tienen miedo de sacar a pasear su restringida movilidad. Es lo único en lo que han ganado los colegiales que van a la escuela, la ausencia de los condenados ruidos de la albañilería a los que estas obras incontroladas que duran más que Matusalén los tenían sometidos desde el comienzo del invierno. Los rezos de rosarios, misas y, sobre todo, entierros de la parroquia de Santa Teresa sí que han tenido que anotar, casi para la eternidad por el camino que vamos, esas alteraciones que los ruidos de la obra han ejercido en una calle con un relativo estado de tranquilidad. Al parecer el Ayuntamiento quiere convertir a la calle (sin) Previsión en patrimonio de la humanidad, ya que sus obras van a durar lo mismo que las del Palacio de Congresos de Torrijos.