He tenido un sueño este verano, de que este país llamado España, cuya descosida piel de toro tiene algunos girones y recovecos, necesita simplificar muy mucho, a diferencia de lo que un día dijese Max Weber, sus procedimientos burocráticos. El ciudadano de a pie se encuentra con un entramado de normas, y vericuetos, complejo, con diferentes niveles legislativos, muchos de ellos se superponen, incluso otros se complementan, y otros en su caso ni siquiera se aplican porque no es posible dada su complejidad. Creo que se ahorrarían muchos millones de euros si muchos de los procesos y procedimientos de las administraciones públicas y en general de sus empresas se revisaran para ser más simples y eficaces. Simplificar país es elimina