Sí se puede

Sí se puede viajar en Falcon con la mujer a un concierto y llamarlo agenda cultural. Sí se puede duplicar el gasto en catering del avión, convocar comparecencias sin preguntas o culpar a los periodistas de los males del gobierno. Sí se puede convocar nuevas elecciones porque no se quiere depender de los independentistas y, tras ellas, someterse a los mismos tras unas negociaciones secretas en que no trasciende aquello en lo que se ha transigido. Sí se puede afirmar en una entrevista que ni él ni el noventa y cinco por ciento de los españoles dormirían tranquilos con Pablo Iglesias de vicepresidente y con un gobierno de coalición, y, al día siguiente de las elecciones, sin coger siquiera el teléfono al jefe de la oposición, firmar dicho pacto sin explicar los detalles del mismo. Sí se puede asegurar que nunca se pactará con Bildu y hacerlo poco después. Sí se puede contestar a un periodista que el gobierno traerá preso a Puigdemont porque la Fiscalía General del Estado depende del Gobierno, rectificar luego de mala manera ante el escándalo y nombrar después fiscal general a una ministra de Justicia reprobada por dos veces en el Congreso, amiga de Villarejo y a la que le parecía un método infalible para obtener éxito garantizado, obtener información vaginal en un prostíbulo.