El sí explícito puede ser que una mujer lo dé por sentirse coaccionada. En España hay malos legisladores por regla general, pero también deficiencia en las ONG y plataformas a la hora de pedir medidas. Existen dos formas muy sencillas de terminar con las relaciones no consentidas y que garantizarían en el 100% de los casos que una mujer ha sido libre en permitir esas relaciones. En primer lugar, que toda relación íntima entre hombre y mujer sea únicamente válida sí es ella quien se la pide al hombre. En segundo lugar, que el Estado o el Gobierno confeccione un contrato standar que esté a la venta en los estancos de Tabacalera. Porque ambas propuestas demostrarían que la mujer ha sido completamente libre en la toma de su decisión, la primera, porque anula al hombre para tomar la iniciativa a la hora de entablar relaciones íntimas, con lo que no podrá nunca presionar ni coaccionar a la mujer; la segunda, demostraría de forma inequívoca que existía una predisposición e intencionalidad en la mujer, pues el simple hecho de ir a un estanco de Tabacalera a comprar un contrato de autorización de relaciones íntimas, despejaría toda duda y exculparía a todo hombre inocente de una posible acusación de abusos. Eso conllevaría que las relaciones serían más seguras que con anticonceptivos. Además, dicho contrato podría contener un montón de casillas con distintas cláusulas que marcadas con una X especificarían o explicarían qué es lo que se permiten en dichas relaciones, porque hay mujeres a las que no les gustan los besos, y un «sí» explícito para mantener relaciones no tendría por que autorizar a besar a una mujer. o tampoco a decirle cosas bonitas mientras yace con ella. Las relaciones íntimas entre un hombre y una mujer son algo muy delicado, y un «sí» explicito no tiene por qué autorizar a todo.