La fábrica de destilar odio que es el independentismo catalán produce, con más frecuencia de lo deseable y saludable, barrabasadas como la de un restaurante (que, oh, casualidad, ganó un concurso de TV3) de un polígono industrial de Balaguer (Lérida), que publica en su página web recetas como «Guardia civil andaluz a la brasa de carbón con pan torrado y ensalada de payés» o «Manos de jueces y fiscales del Constitucional hechos a baja temperatura y acabados a la brasa del carbón». ¿Se imaginan que tal desvarío se le hubiera ocurrido a un establecimiento andaluz, sustituyendo guardias civiles por mossos y jueces y fiscales por parlamentarios secesionistas?