El mes pasado, la Unión Europea (UE) daba a conocer las regiones (NUTs 2) que considera Objetivo 1. Estas regiones son denominadas como regiones menos desarrolladas (less developed regions) y su Producto Interior Bruto (PIB) por habitante es inferior al 75% de la media de la UE-27, todo ello medido en paridad del poder adquisitivo, es decir, eliminando las diferencias en los niveles de precios entre los países a los que pertenece cada región en el periodo 2007-2009. Si se considera que en 2017 el PIB per cápita de la UE-27 alcanzó los 30.000 euros (valorado a precios corrientes de ese mismo año), pues se trata de que no se llegue a unos 22.000 euros aproximadamente. Nos podemos preguntar para qué sirve ser Objetivo 1, y la respuesta es que, además de permitirnos afirmar que estás a la cola del desarrollo económico a nivel europeo, vas a recibir más fondos y con ello más dinero para tu región. La pregunta sería por qué, y la respuesta es simple: la UE se basa en la solidaridad intracomunitaria, es decir, hagamos llegar mayores fondos tanto de Cohesión como de Desarrollo Estructural a las regiones menos desarrolladas económicamente para que puedan alcanzar a las más desarrolladas.

Pues bien, Andalucía vuelve a ser clasificada por la UE como región Objetivo 1 para el periodo 2021-2027. De hecho, de las 281 regiones NUTs 2 que hay en la UE, Andalucía se situó, en 2017, la número 57 de las que tienen menor renta per cápita alcanzando los 19.800 euros, según Eurostat. Obviamente, las regiones que tiene delante son casi todas de países del este, como es de esperar, excepto Melilla, Extremadura, alguna zona italiana y alguna griega. Mi sorpresa ha venido, no porque económicamente seamos de los menos desarrollado de la UE, sino porque he leído artículos de opinión donde se afirma que esto tiene un aspecto positivo, que además no se puede echar la culpa a la Junta de Andalucía porque también los ciudadanos y las empresas tenemos una responsabilidad, y que hacer críticas sobre esto daña la imagen de Andalucía. He de confesar que mi indignación ante toda la situación ha sido mayúscula.

Voy por partes. España se incorporó a la UE en 1986 y se estima que la UE le ha podido dar a Andalucía unos 100.000 millones de euros, siendo el presupuesto de la Junta de Andalucía para el 2018 unos 34.000 millones. Por tanto, se trata de cantidades que han permitido complementar las inversiones. Es cierto que en el periodo 2014-2020 dejamos de ser una región menos desarrollada y eso hizo que se destinaran menos fondos a Andalucía, pero eso lejos de ser un problema, para mí al menos, fue una buena noticia. Primero, podía dar la sensación de que el dinero gastado desde Europa y la ventaja de pertenecer al espacio económico europeo comenzaban a dar sus frutos; aunque dejar de ser Objetivo 1 en este periodo vino dado principalmente por la incorporación de los países del este con menores rentas per cápita. Segundo, había más dinero para regiones que no habían tenido la oportunidad de recibir dichos fondos por estar recién incorporadas a la UE, y como he mencionado antes hay que ser un poquito solidario. No obstante, todo fue un espejismo y parece que estas regiones han aprovechado mejor el dinero recibido en un solo periodo programático (2014-2020). De cualquier manera, ya no se trata de recibir más o menos sino de llevar 32 años en la UE y no haber alcanzado la convergencia. Es cierto, tal y como se señala desde la Junta, que Andalucía ha pasado del 54% al 68% del PIB per cápita de la UE (1986-2016), pero ¿eso debe hacernos sentir satisfechos? Resulta obvio que los demás también han crecido porque si no ya no seríamos Objetivo 1, al utilizarse un indicador relativo a la media de la UE. Es cierto que durante la crisis económica muchas regiones españolas cayeron hasta 13 puntos en términos de convergencia, pero ¿por qué no preguntarnos el motivo de dicha caída cuando nos azotó la misma crisis en toda Europa? ¿Por qué no preguntarnos cómo en Andalucía se notó tanto que llegamos a tener la tercera mayor tasa de desempleo de toda la UE? Y si todo se debe a la burbuja inmobiliaria, ¿por qué no preguntarnos qué se hizo mal desde la política económica para permitir dicha burbuja, que además inexorablemente volveremos a repetir? Es cierto que en Andalucía hemos gastado todos los fondos solicitados y la UE nos ha felicitado por eso, pero ¿es que nos ha felicitado por la eficiencia y eficacia en la aplicación de dichos fondos como para estar contentos con ello? ¿Hemos de estar satisfechos porque hemos gastado lo que dijimos que necesitábamos?

Sinceramente, yo preferiría tener un nivel de desarrollo económico tal que no me clasificaran como Objetivo 1, es decir, prefiero más renta per cápita y menos subsidios. Ojalá Andalucía tuviese los 55.000 euros de renta de Hamburgo. Además, decir que eso no se debe a la gestión económica de la Junta de Andalucía en estos 40 años, es analizar la economía desde una perspectiva profundamente politizada. Mi única petición es que la Junta de Andalucía deje de justificarse y escurrir el bulto, y reflexione sobre qué está haciendo mal para que en Andalucía tengamos solo el 68% del PIB per cápita medio de la Unión Europea.

* Profesora de Economía. Universidad Loyola Andalucía @msalazarord