Faltando 35 días para la nueva Semana Santa, los vecinos seguimos sin saber por las autoridades nada de su plan de seguridad y accesibilidad. Voy a ser claro: opino que nadie en su sano juicio podría permitir que se metan la cantidad de personas que lo harán en el interior de la extensión que delimitan las calles la Feria, Ronda de Isasa, Tomás Conde, Manríquez, Conde y Luque, Blanco Belmonte, Ángel de Saavedra, Sta. Victoria… y más. Dentro de este polígono se dan “poligonitos” sin posibilidad de entrar y salir en ellos. ¿Ejemplos? Uno: Encarnación, Rey Heredia, Ronda de Isasa; otro: calle Deanes, Conde y Luque, Cardenal Herreros; otro: Patio de los Naranjos; otro: Cardenal González, Ronda Isasa y así algunos más. ¿Qué hacemos las personas que vivimos dentro de ellos? ¿Qué tendrán que hacer las personas que se pudieran ver afectadas por incidentes de algún tipo en ellos? Se van a dar colapsos ¿Alguien se va a responsabilizar de lo que ocurra? ¿El jefe de la policía? ¿El jefe de bomberos? ¿Los policías que les toque la desgracia de trabajar esos días o los retenes de bomberos o los conductores de ambulancias? Señora alcaldesa, señor subdelegado del Gobierno, lo quieran o no, ustedes serán los únicos responsables morales y políticos de lo que pueda pasar, deseo que no ocurra nada grave. Respecto al día a día de las personas que vivimos en la zona o, decir que se verá muy afectado (ejemplo: fin de semana, la Bike Race y la X Marcha Hípica, impiden, sin previo aviso, la entrada y salida a cocheras y esto pasa a lo largo del año una cantidad insoportable de días); y el de los negocios, barras en las puertas y a vender agua, latas y pipas.

Algunos dirán que lo que decimos tiene una intención antirreligiosa o que somos unos aguafiestas o que esto en Sevilla no pasa; argumentos, todos ellos, muy técnicos, cargados de religiosidad y constructivos… ¿Verdad? Quizás argumentos como la unión a paquetes turísticos de palcos y sillas (ganancias), el aumento de palcos y sillas (ganancias) o la coincidencia en la estrategia del señor obispo y quien lo secunda, acerca de la Mezquita y su privatización (más ganancias), son los únicos que aclararían la razón de la nueva Semana Santa, la vulneración de la Ley de Patrimonio con la destrucción de la celosía de Rafael de la Hoz (aprovecho para solidarizarme con la posición de su hijo) y el escarnio que ha supuesto que una consejera de Cultura haya hurtado información a la Unesco sobre el tema. Estos son los únicos argumentos que se han tenido en cuenta, soslayando así lo más importante: la seguridad real de vecindario y visitantes en la zona. Los colapsos humanos serán inevitables y generarán problemas graves.

Ángel Lapuebla Jurado

Córdoba