En Lovania se le vio muy cómodamente establecido al fugado de la justicia Carlos Puigdemont rodeado por algún exconsejero huido y atendiendo a los gacetilleros. Aún no tenía decidida la designación de su testaferro hueco.

Atrás, a más de 1.600 kilómetros, el feudo, la taifa, la farsa, donde la dictadura se disfraza de democracia cuando no asume esta a la primera sin mayor embarazo tan pronto se tercia, y donde las medidas derivadas del constitucional art. 155 se toman laxamente, y con pusilanimidad por las instituciones encargadas de aplicarlo, dejando que las entidades, públicas y privadas, atañidas por el aparato de propaganda xenófoba y separatista continúen funcionando sin trabas tergiversando la realidad y envenenando cada vez más a la ciudadanía. La táctica es la propia del totalitarismo. Todo ello como el epítome de más de 40 años de incuria, con el apoyo en unos casos, o con el desentendimiento en otros, o la ausencia, del gobierno central.

Pero lo más grave se produce cuando se extienden los considerandos de la catalana crisis de Estado a otras propicias comunidades autónomas, que ya enarbolan, dentro de una primera etapa de su concerniente proceso soberanista, la defensa connotada de sus respectivos dialectos tratando de elevarlos a la categoría de lengua oficial con la obligación de ser ésta conocida y hablada preferentemente por todos los ciudadanos ubicados en esos territorios.

Y todo ello cargándosele al debe de la contabilidad política del Gobierno, incapaz de reaccionar con agilidad y eficacia ante tantas tropelías, aunque ello no sea nada nuevo, acosado por los casos de corrupción, económica y moral, que lastran su navegación desarbolada y al pairo.

Un ejecutivo inane y un cuerpo legislativo, salvo la formación Ciudadanos, sin mostrar de manera pertinaz y decidida la radical oposición al golpe de Estado propiciado por las fuerzas soberanistas catalanas, permaneciendo las vascas a la zaga, si bien actuando cada una a su modo y manera, aunque coincidentes en la deriva general. Y una legislatura con ciertos síntomas de agotamiento.

* Doctor ingeniero agrónomo. Licenciado en Derecho