La gente joven sabe que lo de engordar el currículum no está bien visto, que las empresas comprueban los datos y si ellos han engañado en sus titulaciones o habilidades los pillan, especialmente si presumen de idiomas o informática. Así que hace tiempo que las fantasías se acabaron entre los que buscan empleo. Ay, pero los políticos ya tienen su puesto garantizado y bien pagado, y nadie les va a quitar su escaño por «adornar» las cosas, poner «licenciatura» donde solo hay unos años de asistencia, llamar «máster» al cursito de tres meses... Y cosas mucho más graves, como se ha visto con Cristina Cifuentes. Ahora, visto que la mentira paga un alto precio, muchos revisan estos delirios de grandeza y «adelgazan» sus currículos.