Quizás debamos ver la historia de la literatura como una serie de amor, que habría empezado con ‘La Ilíada’ y acabado en ‘Ulysses’ (después solo reposiciones), con el amor al principio y al final. Sin la pasión fatal de Helena y Paris no habría Guerra de Troya, sin la de Patroclo y Aquiles, con la cólera de este, habría decaído. La historia de Leopold Bloom y Molly es más turbia, embarrada y en el fondo tierna, pero si eso no es amor, ¿qué es el amor? Desde luego, ‘La belleza del marido’, de Anne Carson, poetisa que acaba de recibir el Premio Princesa de Asturias de las Letras, es historia de amor con todas las de la ley, o sea, con ese vaciamiento de otras leyes (éticas, sociales, de género) en el que el amor reina. Siendo así, y volviendo al principio, ¿a qué vendría decir que darle tantas vueltas al asunto (pasión, engaño, atadura fatal, drama) no deja de ser lo mismo de siempre? ¡Pues claro!