Con el acta de replanteo, de aquí a unos días, comienzan las obras del hospital de Palma del Río. Tras conocerse que la constructora OHL ha logrado la adjudicación del centro hospitalario por algo más de 13 millones de euros hemos sabido que el proceso constructivo será una realidad en este mes de febrero. Estamos los ciudadanos de Palma, y de toda la comarca radiantes de alegría. Como esta noche es noche de candelaria y de cánticos de corros alrededor del fuego, vamos a quemar lo viejo, a purificar las ideas y a contemplar la luz en medio de la noche.

Atrás quedan las afirmaciones manipuladoras de que Palma no tendría hospital con confidencias truculentas en los pasillos del Parlamento andaluz. Atrás quedan las tres negaciones de algunos partidos y sindicatos; atrás quedan los intentos de cambiar cromos innegociables de mejoras de centro de salud para no afrontar el verdadero reto de construir un hospital, aún más, atrás quedan los palos en la rueda de quienes solo veían intereses mezquinos electorales, espurios y vergonzantes. Atrás quedan, tantas declaraciones ajenas a nuestros intereses y circunscritas a otras historias, de las que darán fe las hemerotecas. Pero es justo decirlo, todo cambia con al acta de replanteo. Replanteo.

Así el Obispado se replantea no concluir un nuevo templo y no pasa nada. La inteligencia y sagacidad de nuestra Corporación Municipal se replantea una nueva función para unas obras a medio camino. De esa guisa, un proyecto parroquial se reconvierte en una biblioteca. Un convento pasa a propiedad municipal y la Iglesia con los fondos de la operación seguro realiza acciones sociales y mejoras en sus actuales templos cargados de siglos. Veamos oportunidades donde otros pueden el fin del imperio romano. Es bien sencillo, a veces es mejor replantearse las cosas, no ser tan dogmáticos, bajar al territorio del diálogo, de la natural inteligencia. Seguro que son tantas las cosas que nos unen. Por ejemplo, Palma.

* Historiador