La sentencia de la Audiencia de Navarra que ha condenado a 9 años de prisión a los cinco jóvenes de La Manada se respetará y se acatará, por supuesto, pero eso no implica estar de acuerdo, como muy claramente estarán comprobando los jueces que la dictaron. Muchas veces se ha expresado disconformidad con los criterios judiciales, pero no se recuerda en España un movimiento de rechazo tan fuerte como el vivido ayer, respaldado por varios partidos políticos y por instituciones --en Córdoba por la alcaldesa, Isabel Ambrosio-- que señalan, junto con otros argumentos, la sensación de desprotección y desvalimiento que ha creado entre las mujeres un fallo que limita el delito a abuso sexual con prevalimiento: ni agresión ni violación.