Ni Antena 3 con sus interminables siete minutos de anuncios ni las nuevas plataformas televisivas, por muchos Juegos de Tronos. El pasado lunes, después de casi un siglo, la luna se interpuso entre la tierra y el sol provocando un eclipse total. El inusual fenómeno atmosférico se convirtió en un banco de pruebas para comprobar si el espectáculo que ofrece la naturaleza se encuentra por encima de otras prioridades. Y ganó el pulso. Y es que la luna en el momento de apoderarse de la luz solar le robó a la plataforma Netflix un 10% de su audiencia. La naturaleza gana a la ciencia ficción.