Entre las perspectivas para el año que comienza, Administración, productores agrarios y organizaciones del sector vamos a seguir compartiendo el trabajo de la Mesa del Regadío. En pocas ocasiones hay tanta unanimidad entre todos los implicados. Nos une la preocupación por el campo cordobés, cuya producción -no se olvide- es uno de los motores principales de la economía de la provincia. Y nos unen unos planteamientos que la sociedad cordobesa debe conocer.

Córdoba aporta casi un 50% de la capacidad de embalse conjunta de Jaén, Córdoba y Sevilla, y solo tiene un 16% del regadío de esas tres provincias, frente a Jaén, que almacena el 37% del agua y tiene un 40% de regadío, y Sevilla, que, con un 17% del almacenamiento, riega un 42% de la superficie.

Los datos señalan que nuestra provincia es la que más agua acumula y la que menos riego tiene. Por ello hemos dicho ¡basta ya!, y por ello hemos creado esta Mesa revindicado agua para Córdoba.

Hemos de adelantar que esta Mesa no se crea contra nadie, sino para trabajar unidos a favor del reparto equitativo y justo de un recurso estratégico para nuestro campo.

No obstante, hay que consignar los datos para que se vea la importancia del regadío en nuestra provincia : por ejemplo, sobre las 350.000 hectáreas de olivar en Córdoba, se riegan 50.000, una cifra que supone aproximadamente el 14% de la superficie de olivar. Sin embargo, en Jaén, de 577.000 hectáreas, se riegan 260.000 hectáreas, que es un 45%, y en Sevilla, de 230.000 hectáreas, se riegan 87.000, es decir un 37%. Estamos hablando de que en Jaén se riega prácticamente la mitad del olivar; en Sevilla, aproximadamente un 40% y en Córdoba solo un 14%.

Por otra parte, tradicionalmente Córdoba ha ido prestando a diferentes zonas regables de otras provincias más de 228 hectómetros cúbicos de los ahorros en modernización de regadíos, lo que equivale a dejar de poner en riego 150.000 hectáreas de olivar.

Teniendo en cuenta que riego supone asegurarse la producción e incrementarla, el agravio que sufre nuestra provincia es patente.

Por ello, en la Mesa del Regadío pedimos, en primer lugar, tener una representación de Córdoba en el Pacto Nacional del Agua. Una representación que nos permita expresar las circunstancias particulares de nuestra provincia y nuestras necesidades. El agua no puede ser el factor limitante que haga perder el tren de la agricultura competitiva en el siglo XXI. Por otra parte, si se inicia un proceso de regularizaciones de agua, queremos que todo el mundo esté en la casilla de salida. No es justo que a Córdoba, que ha hecho las cosas bien respetando la legalidad, los plazos y la normativa, se la ponga detrás de otras provincias.

La cuestión clave es que en territorios próximos se han puesto en regadío terrenos de secano, terrenos baldíos o de fuertes pendientes. Si en Córdoba se puede poner más terreno en riego, disponiendo de reservas de agua, parece lógico que mantengamos esa reivindicación. Como parece lógico que usemos los ahorros para esas 150.000 hectáreas que se deberían haber puesto en riego en la provincia de Córdoba.

En tercer lugar, hay que volver a definir el perímetro de las Comunidades de Regantes y usar sus dotaciones en los terrenos en los que sea posible.

Unido a ello desde la Mesa del Regadío demandamos un nuevo modelo de gestión del agua que permita usar las escorrentías de invierno. Por ello hay que autorizar tanto balsas como microembalses para aprovechar aguas residuales y escorrentías.

Finalmente, para que estas medidas sean eficaces, hay que garantizar la seguridad jurídica y conseguir celeridad en la tramitación de regularizaciones y legalizaciones ante los Organismos Reguladores de la Cuenca.

* Delegado de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta