Un cambio de fecha para ofrecer sus productos en periodo más adecuado para los fines comerciales --sin renunciar al concurso internacional, que será en agosto--, es la novedad más radical que ofrece la Exposición Nacional de Cerámica de La Rambla. Pero no la única. El sector y el Ayuntamiento han querido rediseñar esta muestra declarada de Interés Turístico Nacional y darle un nuevo impulso al llegar a su 87ª edición. El nuevo emplazamiento, en el recinto ferial de la Minilla, ha sido otra gran modificación, a la que se han sumado diversas actividades que completarán la tradicional presencia de expositores, con 23 puestos de alfarería y cerámica que son el leit motiv del certamen. Son pasos que se han dado para reforzar el carácter profesional y el alcance comercial de una muestra representativa de un sector que exporta el 70% de su producción, y que es la principal industria del municipio de La Rambla, considerado, con justo criterio, uno de los enclaves principales de la artesanía andaluza. Cabe esperar, pues el esfuerzo realizado lo merece, que el éxito subraye este paso que, como todos los cambios, conlleva sus riesgos, y se haya conseguido captar el interés de compradores al tiempo que se potencie la modernización del sector con diseños actualizados que completen y amplíen la bella tradición artesanal y, como consecuencia de ello, que crezca el negocio y la creación de empleo en la zona.