Recientemente este diario ha publicado, adaptada en forma de cómic o novela gráfica, la inmortal novela de Cervantes. Pensada para «el disfrute de toda la familia», según reza en la contraportada de los fascículos. Publicación que, por cierto, ha sido un éxito a tenor de la demanda por parte de los lectores del periódico en hacerse con los fascículos que cada domingo iban apareciendo, si no estamos mal informados.

Es conocido que las adaptaciones del Quijote en cualquiera de sus formas son criticadas. Los que lo hacen parten de la premisa de que las adaptaciones como tales son siempre deficientes cuando no malas, en tanto que adaptar implica modificar la obra, desvirtuando su contenido. No obstante, y más allá de la controversia de lo apropiado o no de la lectura de la famosa novela en la escuela, surgida el siglo pasado a raíz de la proclamación por decreto de la obligatoriedad de hacerlo, polémica que todavía colea, cabe decir que El Quijote en cómic, dadas las bondades didácticas de este, es un excelente recurso escolar.

Entre sus muchos usos didácticos destacar que, como género literario, el cómic no solo fomenta la motivación y la creatividad en los alumnos para estudiar un determinado tema, en este caso la inmortal novela de Cervantes, sino que además se estará fomentando en ellos la necesidad de leer y conocer de primera mano el texto original. Son el trampolín para llegar a las historias literarias.

Valga como ejemplo, lo dicho hace unos días por la poeta uruguaya Ida Vitale ganadora del Cervantes el año pasado, al recoger el premio de manos del Rey en la Universidad de Alcalá de Henares: «En realidad supe del Quijote por una gran pileta que lucía en el primer patio de mi escuela. Allí nos amontonábamos en el recreo en busca de agua, y día tras día, me familiarizaba con las relucientes baldositas que contaban, sobre inolvidables cielos azules, la policroma historia con sus muchos episodios en que don Quijote terminaba por los suelos... Luego vinieron las lecturas».

Se trata, como se ve, de acercar la famosa novela a la población escolar a través del cómic para que los alumnos se familiaricen con los personajes y sus aventuras, como cimientos para la fomentación de la lectura del original. Fomentación necesaria si queremos que la novela vuelva a ser lo que en su época fue. En palabras del bachiller Sansón Carrasco, uno de los personajes de la novela como se sabe, una historia que «Los niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran».