Mira uno a mi «querida España» no al compás de la voz de Cecilia sino reflexionando sobre el guirigay político de siempre. El caciquismo o el clientelismo que padecemos no es del siglo XXI, es muy anterior. Pero lo deprimente es que sigue de actualidad. Se nos ha inculcado que la mentira es inherente a la política. Pero eso no es cierto pues de lo contrario caeríamos en lo que decía José Luis Aranguren: «Aquí hay mucha democracia pero sin demócratas». Hay una democracia ‘light’ alentada por los que anhelan una democracia popular basada en un comunismo y un fascismo trasnochados, disfrazados de populismo. Critican, como es obvio, el bipartidismo que desgraciadamente está en sus horas bajas. Pero yo creo que la reunión de Pedro Sánchez y Pablo Casado, al margen de cómo se nos quiera vender, era necesaria. Nuestra querida España necesita --y decirlo es una obviedad-- dos partidos fuertes de centro derecha y centro izquierda. Y si las actuales dirigentes no se dejan llevar por la irracionalidad política y las ambiciones personales, por muy lógicas que nos parezcan, la democracia blanda saldrá de su actual letargo. No es tarea sólo de la clase dirigente. El periodismo de referencia tiene que serlo de verdad y participar en esa tarea. Así titulaba uno de estos periódicos: «Buena señal en RTVE». Ni buena ni mala, era la señal de siempre. Se dice, pervirtiendo el lenguaje, que a partir de ahora los informativos de la tele publica «serán independientes» del Gobierno. Nunca lo han sido ni lo serán. A RTVE no ha llegado ni la democracia ‘light’ y advertirlo es políticamente incorrecto.

* Periodista