Qué hemos hecho para que nos caiga esta maldición de política, esta plaga de mil plagas, que se multiplica cada día hasta el paroxismo! Cuando me acuesto pensando que ya no puedo soportar más, veo al día siguiente que viene más suplicio y más suplicio. Y en tanta soledad, mi tiempo se convierte en un clamor. Pero mi voz clama en desierto y no encuentro respuesta, sino más desolación, y más teatro, y más mentira. ¿Drogarme? ¿Para qué? Me basta con abrir cada día la radio, la televisión, o pasar por un quiosco. Esta plaga de farsantes, que nos creen tontos porque ni siquiera llegan a escucharse sus comedias. ¡Estas muecas, aparentando contundencia y seriedad! ¡Estas risitas entre dientes, escupiendo sarcasmo e ironía! ¡Entrar así en mi vejez después de toda una vida ansiando liberad! ¿Qué hemos hecho, Dios mío, para sufrir esta desolación y hundirnos en su abismo? ¿Qué musa de la Historia nos maldice? ¿Qué terrible pecado histórico hemos cometido para pagar con este tormento? ¿Cuánto más vamos a tener que soportar el vergajo de esta dictadura de necios egoístas? ¿Qué hicimos hace treinta, cuarenta, cincuenta años para reencarnarnos en esta estirpe de farsantes? ¿Por qué tenemos que soportar una vez más tanta humillación, tanta carcajada en el resto de naciones? Si estos y estas me representan como país, yo vivo proscrito en el peor de los exilios. Pero ¿adónde iría que pudiera evitar que me alcanzase su hidra venenosa? Nos estamos dando la puntilla. ¿Cómo recuperarnos ya antes de morir? ¡Construir historia, política y cultura a base de necios, estúpidos y trepas! ¿Para qué quiero la palabra? ¿Para qué quiero este idioma de siglos si he de escuchar cómo se ríen de España los que la representan? ¿Para qué nací con cerebro si me amordazan tras acabar anonadado de asco cada noche? ¿Cómo hemos podido llegar a esta dictadura? Me pregunto y me pregunto, y no encuentro respuesta; solo más hoyuelos de muecas y risitas, y la desolación de otro amanecer en otro día oscuro; y mi mente estalla, y ya no tengo fuerzas para reconstruirme. ¿Tanta lucha para esto? ¿Creer que sueño democracia y despertar en esta pesadilla? Dichosos vosotros: la muerte os libró de ver en qué ha acabado vuestra herencia. ¡Oh sí, es ya demasiado soportar! ¿Por qué? ¿Por qué?

* Escritor