Los nacionalismos explosionan la integridad de la Unión, y tormentas como la catalana provocan la desestabilización del buque UE. ¿Y quién es el responsable de tal caos político? El demonio rojo. Los rusos. ¿Les suena la peli? Americanos y una buena parte de los políticos europeos ven en la Rusia de Putin una amenaza real para la seguridad y supervivencia de sus estados y proyectos supranacionales. Y es que no es una cuestión baladí. Los rusos han retomado con fuerza aquella vieja pero eficaz estrategia de injerencia en los asuntos internos de otros países, que tanto ha caracterizado su estar en el mundo. Ya está más que demostrado que han intervenido en las elecciones alemanas, francesas, americanas, en el referéndum holandés, británico, en Ucrania, y ahora, en el asunto catalán. Sabotaje, boicot, injerencias..., los expertos aseguran que la amenaza rusa es real, va in crescendo y puede ser responsable de la crisis de la democracia europea, y los que andan más preocupados son algunos de los socios europeos que estuvieron sometidos a la órbita soviética, y que ven venir mejor que nadie las orejas al lobo. ¿Cómo combatir el mal rojo? Contundencia es el antídoto. Tolerancia cero a la manipulación de la maquinaria propagandística rusa, que emplea noticias falsas, exageraciones informativas y atrocidades periodísticas diversas para desprestigiar gobiernos como el español y tildar conductas como la de los independentistas catalanes de heroicas; pero sobre todo, con más cooperación y más unión entre los europeos. Stop a las Put(in)adas.

* Periodista y profesora de Universidad