Partido Popular y Ciudadanos desean gobernar la Junta de Andalucía, han pactado programa e incluso asignación de competencias, delimitadas en diez consejerías .

No carece de importancia la elección de consejeros por una y otra formación política y ello será adecuado o no dependiendo de la prudencia de sus respectivas direcciones ejecutivas.

Deberán ser consejeros fieles y capaces y, si posible fuese, sabios. Es saludable que el nuevo consejero discierna por sí mismo y a la vez entienda lo que los otros del cogobierno disciernen. Si no entienden ni por sí mismos ni por argumentación del otro esos consejeros serán pura inutilidad.

Los señores Moreno y Marín deberán disponer de suficiente discernimiento para distinguir lo bueno y lo malo en lo que cada uno de ellos realice y tendrán que corregir a sus respectivos consejeros. Suponemos que Moreno y Marín no querrán engañarse mutuamente.

Nosotros, espectadores, desde nuestros sillones en casa tenemos un medio infalible de saber si ustedes dos piensan más en ustedes mismos que en la sociedad andaluza y debería ser bueno para ustedes y para nosotros pero no solo para ustedes . Y es que nosotros somos Andalucía y estamos, en parte, en sus manos de modo que jamás deben pensar en cómo acrecentar su peculio sino en cómo gobernar presupuestos y normas en beneficio del «común de los vecinos» de nuestra región.

Todo Consejero Honrado debe ser reconocido y debe ser avisado de que no es bueno tener mayores ansias de riqueza que su propio emolumento. Si todos los consejeros se comportan honorablemente ganarán en mutua confianza y ganaríamos todos. De no ser así, usted y nosotros quedaremos muy perjudicados.

Los señores Moreno y Marín van a disponer de detractores y aduladores. Son más peligrosos estos que aquellos. En sus respectivas «cortes» tendrán detractores del otro y aduladores propios. El adulador es verdadera toxina y si se desprende de él este le generará caminos hacia el desprecio. Si el detractor dice la verdad y no le falta al respeto conviene que le presten mucha atención, A unos y a otros se les identifica rápidamente desde los medios de comunicación.

Deberían elegir además de buenos consejeros mejores amigos que les digan la verdad sobre los asuntos que les sometan a consulta. Ya se sabe que no tendrán tiempo para esto pero deben buscarlos fuera de sus propios partidos políticos y preguntarles sobre muchas cosas, oírlos con paciencia y luego resolver sin verse condicionados por su propia formación política. ¡Cuán difícil será conseguirlo !

Deben actuar resueltamente y obstinadamente si están convencidos de que ello es bueno para «el común de los vecinos» de Andalucía y de España. Mi conclusión es que se alejen de aduladores, sigan la opinión de buenos amigos y no se desacrediten con sus actuaciones porque el consejo se solicita cuando se necesita y no debe recibirse sin haber sido previamente demandado.

Los señores Moreno y Marín no serán juzgados como personas sensatas por solo tener buenos consejeros en su gobierno sino por sus personales cualidades. Si no son sabios no basta con que estén bien aconsejados y dispongan de excelentes colaboradores porque no sabrán distinguir lo bueno de lo malo, lo aceptable de lo inaceptable. Deberán procurar que la necesidad haga buenos a sus colaboradores en el gobierno porque la prudencia no nace de los buenos consejos sino que es esa prudencia la que los solicita . Y si quieren saber más sobre todo esto lean a Nicolás Maquiavelo.

* Catedrático emérito de la UCO