Existen afirmaciones que, por repetidas y conocidas, acaban convertidas en un lugar común. Pasa con los testimonios acerca del 14 de abril de 1931, dada su coincidencia en que se trató de un acontecimiento pacífico. Todo fue consecuencia de las elecciones municipales celebradas dos días antes. Desde el llamado pacto de San Sebastián de agosto de 1930 las distintas fuerzas antimonárquicas se habían puesto de acuerdo en la formación de un Comité Revolucionario cuyo objetivo era, entre otros, preparar una insurrección contra la monarquía y proclamar la república. La vía insurreccional fracasó en diciembre de 1930, cuando la guarnición de Jaca no esperó hasta el día 15, fecha prevista para el levantamiento. Los capitanes Galán y García Hernández fueron fusilados y la mayoría del Comité revolucionario fue a la cárcel. No obstante, tras la dimisión del general Berenguer como presidente del Gobierno (había sustituido a Primo de Rivera), hubo un intento de acercamiento a los presos de la cárcel Modelo, quienes se negaron a toda forma de colaboración.

El rey encargó formar gobierno al almirante Aznar y se convocaron elecciones municipales para el día 12 de abril. Días antes de los comicios, los detenidos en diciembre fueron juzgados y salieron en libertad, pero lo importante es que aquel juicio se convirtió en un acto de propaganda republicana. Se consiguió la creación de un ambiente favorable a la consideración de las elecciones como un plebiscito sobre la monarquía, inclusive entre los mismos monárquicos, a pesar de que entre las filas republicanas no había muchas esperanzas. La interpretación del resultado electoral, a la vista de lo ocurrido en las grandes ciudades, daría paso a que el rey abandonara España, no como resultado de una conspiración ni mucho menos de un golpe de estado, sino como la aceptación de una realidad, más aún tras el fracaso de un intento de negociación en la mañana del día 14 entre Romanones y Alcalá-Zamora en casa de Marañón. Alfonso XIII salió de Madrid casi al mismo tiempo que en la Puerta del Sol el Comité revolucionario proclamaba la II República española y se convertía en Gobierno provisional de la misma.

El 17 de abril de 1932, en Crónica, el periodista Pedro Massa publicaba una entrevista con el presidente de la República, Niceto Alcalá--Zamora, que en esos días del primer aniversario de la proclamación republicana estaba de viaje en Mallorca, y al recordar aquella fecha le decía: «Ninguno de nosotros deseaba llegar a acto ninguno de violencia. Supuesto que la revolución se había iniciado ya pacífica y legalmente en las urnas, pacífica y legalmente aspirábamos a consumarla». Luego narra cómo, al no obtener respuestas de Romanones de su ultimátum para que el rey abandonara Madrid antes de la puesta de sol, se dirigieron hacia al ministerio de la Gobernación, en la Puerta del Sol, donde se agolpaba la multitud. Al entrar en el edificio las fuerzas de la guardia civil que había dentro les presentaron armas: «De hecho y de derecho la República acababa de instaurarse en España. La victoria había sido ejecutada en todas sus partes. Todo lo demás serían ya naturales consecuencias del gran hecho histórico». Y al final de la entrevista, el presidente añadía: «República y Patria, hoy por hoy, es algo inseparable, y atacar a la una es herir a la otra». Algunos falsos patriotas no lo entenderían así, y acabarían con el régimen republicano mediante el acto ilegítimo de un golpe de Estado.

El próximo domingo unos celebrarán un acontecimiento de la mitología cristiana que sitúan hace un par de milenios, otros tenemos una memoria histórica más corta y nos quedamos más cerca en el tiempo, recordaremos con una bandera tricolor en la solapa que el 14 de abril es una fecha de ineludible referencia en nuestra historia reciente.

* Historiador