La voz que alza mi buen amigo Antonio Portillo no es solo una opinión personal, es el pensamiento de todos aquellos a los que nos han salido canas sentados en un tendido. La situación actual de Córdoba taurinamente hablando es nefasta, lamentable. Córdoba, por historia, no es merecedora de pasar desde hace años desapercibida en el panorama taurino. ¿Dos corridas de toros por temporada? ¿Toros más propios de plaza de tercera? ¿Gestores con unas exigencias insostenibles para cualquier empresa? A dónde hemos llegado... ¿Soluciones? Las hay. El Sr. Portillo apunta varias. Quizás se recuperaría la afición perdida, volveríamos a ver tendidos cuajados, carteles de no hay billetes, más espectáculos no concentrados solo en un fin de semana de feria y corridas más toristas y menos comerciales. En definitiva, la Córdoba taurina que tantos anhelamos. Solo nos queda encomendarnos a la Virgen de la Salud.