Cada año The New York Times publica su lista de los 52 mejores destinos del mundo. En 2017, el medio eligió a Antequera; en 2018, a Sevilla y en 2019 optó por Cádiz. Este 2020 no tenemos ninguna ciudad andaluza en el listado, pero el famoso periódico internacional ha destacado tres sitios españoles: Asturias, Menorca y el Valle de Arán (Lleida). La pregunta es: ¿Cuándo se va a fijar la prensa internacional en nuestra tierra?

La respuesta: “ya lo ha hecho”. Aunque no estuvimos en su lista, en 2006, The New York Times Y entre sus numerosas razones, ¿saben lo que sugerían? La Mezquita, el Puente Romano, la Judería... Evidentemente, es imposible no rendirse ante el encanto de todo el patrimonio único de nuestra ciudad, pero también es cierto que este artículo se podría haber escrito en 1996. Desde mi punto de vista, Córdoba necesita buscar nuevos atractivos que le permitan promocionarse y posicionarse de una forma única en Andalucía:

Córdoba, para comer de lujo

En 2020, dos restaurantes cordobeses se han posicionado en la guía Michelin 2020 (Noor, 2 estrellas, y Choco, 1 estrella). Hay muchas más ciudades andaluzas premiadas y con más estrellas, pero esta cifra es superior a la de Sevilla, que tiene 1 sola estrella con Abantal, o Granada, que lamentablemente no ha conseguido ninguna. Pues bien, si comparamos los términos “gastronomía”&“Sevilla”; “gastronomía”&“Granada” y “gastronomía”&“Córdoba” en Google Trends, comprobamos que el interés en las búsquedas de estos conceptos es de 29 sobre 100 para el destino Sevilla: 25 sobre 100 para Granada y 20 sobre 100 para Córdoba. Una situación que se repite igual, pero es más acusada aún si cambiamos el término “gastronomía” por “tapas” y modificamos la geolocalización de la búsqueda a nivel mundial. Sevilla sigue en primer lugar (76/100); Granada, en segundo (66/100) y Córdoba se queda en tercera posición con una puntuación bastante baja (18/100). Por lo tanto, cabe entender que o bien en Córdoba no se come bien o no se ha promocionado bien comer bien. Me gusta poner de ejemplo México, donde la gastronomía es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2010. El país estaba asociado a la comida callejera y al picante, pero sus restaurantes se encontraban cada año en The World's 50 Best Restaurants, una prestigiosa lista como la Michelin. Al promocionar sus restaurantes como los mejores del mundo o Latinoamérica, el país buscaba a un turista con un poder adquisitivo más alto mejorando, no solo las cifras de visitantes, sino los ingresos que dejaban.

El “flamenquín” no es flamenco en “chiquitín”

Al igual que pasa con los tacos mexicanos, una cocina es mundialmente reconocida cuando sus platos se comen en otras ciudades del país o regiones del mundo. En España, tenemos el caso de éxito del Cachopo asturiano, unos filetes de ternera, rebozados, con jamón y queso. Se han convertido en tendencia en Madrid. Y ahora todo el mundo que va a Asturias, no se marcha si pedir un cachopo o dos. Pues con el flamenquín no sabemos lo que pasa, que de Despeñaperros para arriba se desconoce totalmente. Por lo tanto, hagamos embajador de nuestra tierra al flamenquín. El flamenquín, en todas sus formas y sabores, tiene un gancho publicitario enorme y da mucho juego a la creación de storytelling. Sin embargo, cuando se busca este término en la web turismodecordoba.org, nos lleva a un espectáculo de flamenco.

Córdoba no solo es una ciudad, también es una provincia

Creo que las instituciones de Córdoba deberían trabajar más en coordinación con la Diputación para promocionar la Marca Córdoba en su conjunto. Esta es una buena forma de aumentar el número de pernoctaciones. Necesitaríamos otro artículo para hablar del potencial de las zonas rurales de la provincia y por qué el turismo podría ser una salvación a la España vaciada, pero aquí me detengo en otro atractivo que tampoco hemos sabido promocionar correctamente: el aceite de oliva. En vista de que hemos dejado escapar la oportunidad de hacernos un referente en el oro líquido, creo que aún podemos apropiarnos de sus beneficios (antes de que lo hagan en Italia). Me refiero al turismo de relax y bienestar con la óleo-salud o el turismo de catas, que nos permitan visitar antiguas almazaras, ver cómo se produce nuestro aceite y probarlo. Insisto en que en Italia van turistas del Norte de Europa para ver cómo funciona una cooperativa.

Leo que en Fitur Córdoba explotará sus cuatro fortalezas: “patrimonio, gastronomía, caballo y congresos”. Me gustaría saber cómo pretenden competir con Jerez con el caballo, pero creo que es un acierto hablar de fortalezas. Solo si sabemos identificarlas y destacamos lo que nos hace únicos y diferentes podremos crear una Marca Córdoba consistente, más duradera que nuestra Mezquita.

* Periodista y consultor de comunicación