No te prometo un futuro, pero tienes mi presente, no sé qué será de nosotros mañana, quizás ya no seamos nosotros, puede que nos evitemos aún deseando rozarnos o puede que no sintamos nuestras pieles de tanto como nos hemos tocado. Quizás no crucemos las miradas por temor a reconocernos o nos lo impida el miedo a no saber ya quienes somos, por eso me doy a ti ahora, que sé lo que siento, te palpo, te reconozco, te miro, te pienso...

¿Mañana?... ¿Quién sabe? A veces estamos hechos de viento.