El 15% de los jóvenes españoles entre 14 y 18 años se emborracha cada fin de semana y el 30% se ha emborrachado en el último mes. Y cada vez se producen más comas etílicos entre ellos, algunos de los cuales provocan el fallecimiento del menor. Amén de otros efectos negativos, como las muertes por accidente de tráfico, los embarazos no deseados o las enfermedades de transmisión sexual. Estas son algunas de las conclusiones de la ponencia ‘Menores sin alcohol’, que tiene por objetivo elaborar un informe para orientar una futura ley sobre el alcohol y menores. El problema es más grave de lo que pueda parecer a simple vista y la sociedad debe tomar medidas para atajarlo, empezando por el propio hogar familiar.