Conservo un retrato al óleo de mi tío bisabuelo, don Bartolomé Madueño del Castillo, nacido en Montoro y enterrado en la catedral de Córdoba. Murió canónigo a mediados del siglo XIX, después de ser arcipreste de Baena. Por las referencias que tengo, gracias a mi buen amigo Juan Fernández, y por lo que de él se dice en la historia de la villa baenense, no parece que fue un cura de misa y olla. Lo que más me ha admirado de tan preclaro pariente es que no se limitaba a decir misa y practicar la caridad con los menesterosos, sino que leía. Eso de estimular la mente con la lectura no creo que era muy habitual allá por 1850, si pensamos que aun hoy día se lee tan poco. Don Bartolomé no sólo leía libros religiosos. De él conservo, entre otros, una Historia de Herodoto publicada en 1567 en latín. Esta herencia me causa gran satisfacción.. Me hago a la idea que mi pasión por la lectura de ahí me viene. Al habitual saludo matutino, a mi tío bisabuelo le añadí mentalmente el pasado martes esta noticia: "Tío Bartolomé, que ya tengo un primo cardenal". Creo que hasta se movió el retrato pues esas noticias tan cercanas a la familia no se dan todos los días y naturalmente emocionan, más que a nadie a un canónigo. A monseñor Julián Herranz Casado -Juli, como le llamaba su madre- lo traté durante mi época de estudiante en Madrid y conozco de primera mano sus cualidades humanas. Jovial, campechano, estudioso; iba para médico psiquiatra, siguiendo la huella de su padre, que a mi me vio nacer pues asistió a mi madre en el parto. Don Virgilio Herranz y su esposa doña Paquita Casado, bautizaron en 1930 a su hijo en la iglesia Santa María la Mayor.

Pronto, el cardenal Herranz, volverá a la capilla bautismal donde recibió el sacramento del bautismo. Seguro que tendrá un buen recibimiento. Lo que no sé es si podría competir en expectación con la visita de un cantante --imaginémoslos nacidos en Baena-- catapultado a la fama por la Operación Triunfo. Es la diferencia entre la fama eterna de un verdadero famoso y la fama temporal que propicia la televisión.