Las razones por las cuales el Gobierno de Juanma Moreno ha decidido no aplazar a después de las elecciones municipales la elaboración de los Presupuestos de la Junta de Andalucía merecen una reflexión. Por una parte, como ha ocurrido con el Gobierno central, puede lanzar un mensaje de refuerzo para el PP y Cs durante la campaña electoral. Por otra, quizá sirva para contener posibles rebeldías y gestos dilatorios de Vox, cuyo apoyo es imprescindible para la aprobación de las cuentas. En cualquier caso, los ciudadanos andaluces ganarán en claridad y la comunidad autónoma no tendrá al ralentí la toma de decisiones hasta después del verano. El presidente de la Junta afirma que los Presupuestos llegarán al Parlamento de Andalucía en mayo, y su consejero de Economía asegura que será capaz no solo de gestionar el actual modelo prorrogado del Gobierno del PSOE y elaborar el nuevo del 2019, sino que antes de que termine el año estará listo el proyecto para el 2020. El mensaje de Moreno Bonilla es que los socialistas han dejado las cosas difíciles al no elaborar el Presupuesto del 2019 a finales del año pasado, y el de su consejero que el programa que presentará no será «el más bonito, pero sí el más creíble», en referencia a un mayor realismo en cuanto a ingresos y gastos. Como se aprecia, los mensajes seguirán cruzándose durante las próximas semanas. El Gobierno PP-Cs anuncia grandes cambios, tanto en materia fiscal como en políticas económicas y sociales. El anuncio es importante, porque en las cuentas se podrá interpretar el modelo de Andalucía que pretende impulsar en esta nueva etapa política. Y, finalmente, hay que recalcar que las legítimas estrategias electorales no deberían hipotecar durante seis meses unos presupuestos por las medidas de gobierno que puede frustrar y las que tampoco debería esconder.