He escuchado en varias ocasiones a nuestro alcalde, José María Bellido, hablar de Córdoba. Y digo que lo he escuchado ahora que es alcalde y cuando no lo era. Siempre me ha parecido un político que decía aquellas mismas cosas que los ciudadanos comentamos de nuestra ciudad. De una manera clara y realista. Decir esto de un político, hoy por hoy, es sencillamente referirse a una rara avis. Entre otras cosas porque a los políticos cuando se les escucha, por decirlo de una manera coloquial, no hablan claramente de los problemas que ven los ciudadanos, sobre todo cuando se trata de asuntos municipales y cercanos.

Los problemas que nos plantean los políticos generalmente son los de la oposición. Cuando esto sucede los ciudadanos nos quedamos con la sensación de que no se ha hablado de lo que nos preocupa.

Bellido tiene esa impronta suya natural, que no parece habérsela desvirtuado ningún amaneramiento partidista ni políticamente snob. Y ahí está la reciente presentación de sus presupuestos municipales para 2020.

Los cordobeses llevamos demasiado tiempo en la lista de espera del progreso y de todos esos proyectos que no se realizan y que todos llevamos mascullando como una maldita letanía. De todo esto es de lo que ha hablado José María Bellido en clave inversora en el anuncio de sus presupuestos. La mejora de vehículos y equipamientos de Sadeco, Aucorsa y Policía Local; el adecentamiento de las calles que demasiadas están para hacerlas nuevas; las zonas verdes de Levante y la Arruzafilla, proyectos que siguen metidos en un cajón; la mejora de la iluminación, el arbolado, el acerado en general de toda la ciudad...

En fin, un largo etcétera, tan largo que da hasta grima enumerarlo pues de lo meramente racional del análisis se pasa a lo puramente emocional, pues ni Córdoba ni los cordobeses merecemos este secular marasmo municipal. Esperemos que este presupuesto inversor de Bellido, al menos, sirva como un comienzo.

* Mediador y coach