He repetido en muchas ocasiones que el ejemplo es la forma más contundente de autoridad moral, la del líder o lideresa que tienen además la administrativa derivada del cargo. No se puede exigir a los demás lo que uno no cumple. El diario digital Navarraconfidencial.com publica una noticia que a mí no me sorprende. Las hijas de la ministra Celaá fueron al colegio de las irlandesas en Leioa, un colegio concertado, con ideario católico. Ella tuvo libertad de elección de centro, lo que niega ahora a los demás ciudadanos españoles. Por lo visto sus hijos no son del Estado, pero afirma que los demás padres no somos «propietarios» de los hijos ni tenemos un casoplón de 1,5 millones de euros. Su actitud publica es hipócrita e inconsistente y carente de autoridad moral. Sus reiterados ataques a colegios concertados son, pues, incoherentes e inexplicables.

Tampoco hay que sorprenderse. El ministro socialista Maravall hizo una dura campaña de descalificación de los colegios privados para favorecer la enseñanza pública. Durante su mandato sus hijos estaban en colegios privados de elite. Pues ya tenemos a «otra Maravall» después de casi 40 años. Los hijos de dirigentes dictadores y sátrapas, que imponen el adoctrinamiento y el culto a la personalidad en las escuelas, son enviados a estudiar a USA, Suiza o UK.

El affaire del mal llamado «pin parental» ha llenado las páginas de los periódicos, ha ocupado el tiempo de las noticias y tertulias televisivas y ha inundado los móviles con infinitos memes. ¿Era este el propósito? ¿No se camuflan las continuas y graves cesiones a los independentistas de Cataluña? ¿No ha influido que haya sido Vox el promotor ahora de este pin en Murcia? ¿No se estaba aplicando en otras comunidades autónomas durante décadas sin casi ninguna reclamación? ¿Esta actitud de Celaá no es un ataque directo a la familia? ¿Por qué se lee sesgadamente la Constitución? ¿Se pretende adoctrinar en las escuelas como en las dictaduras democráticas o como en las escuelas de Cataluña? ¿Se pretende ganar adeptos incondicionales para la política de izquierdas?

Los políticos deben respetar profundamente a los ciudadanos, aunque no compartan ideología. Apoderarse de todos los niños para adoctrinarlos es propio de dictaduras como la nazi y la comunista. Afortunadamente, el mundo ha avanzado y estas dictaduras están en decaimiento, aunque algunas persisten. Ahora se pretende instalar en España que como siempre va retrasada.

* Profesor jubilado de la UCO