Por tercer año consecutivo, tanto las operaciones de compraventa como los precios de las fincas agrarias han crecido en Córdoba. El año 2017 apunta a incrementos del 6,4% en la cifra de terrenos vendidos, que fueron casi 2.600 fincas al final del tercer trimestre, por lo que se estima que el ejercicio cerrará con números similares al del 2008, último año de bonanza económica antes del estallido de la crisis. En cuanto a los precios, podrían seguir una tendencia similar a la del 2016, cuando el valor medio de las transacciones creció un 5,3%. Como está empezando a ocurrir en el sector inmobiliario urbano, los precios tiran al alza. ¿Cómo puede interpretarse esta tendencia? ¿Cabe pensar que está volviendo la especulación al medio agrario cordobés? Los expertos señalan que las fincas de caza, que fueron la gran enseña de las nuevas fortunas del último boom inmobiliario, no experimentan grandes subidas, mientras los inversores se decantan por fincas de cultivos rentables, como naranjos y olivar, con especial interés por el regadío, escaso en nuestra provincia. Hablamos, por tanto, de inversiones «refugio», pero con un objetivo productivo. Ojalá estos inversores enfocaran también su capacidad financiera hacia actividades que supongan la transformación y la creación de valor añadido en el sector agrario cordobés. Las «burbujas», como se ha comprobado duramente durante la gran recesión, al final estallan.