Acaba de publicarse en castellano un libro apasionante, Papa Francisco. Politica y sociedad, al que los editores le han colocado este subtitulo a efectos comerciales, El Papa sin filtros, una entrevista inédita. Este libro es el fruto de una serie de diálogos excepcionales que tuvieron lugar en un clima de total libertad, cordialidad y humanidad, entre Dominique Wolton, sociólogo francés, teórico de la comunicación, especialista en mass media, y el Papa Francisco, abordando múltiples cuestiones, tales como la paz y la guerra, la politica y las religiones, la mundialización y la diversidad cultural. Saliéndose de cualquier cliché o etiqueta preestablecida, este libro ilustra, de un modo que sorprenderá a casi todos, la visión que el actual Papa tiene sobre la Iglesia y la sociedad, centrada en derribar los muros y construir puentes. Ahora que la política está en ebullición en nuestro país, con tantos frentes abiertos, tantas proclamas y exigencias por todas partes, tantos problemas agobiantes, quizás sería bueno escuchar la voz de un Papa que se ha atrevido a hablar a tumba abierta, sin miedos ni prohibiciones. Para Francisco, la politica es importantísima en la relación de los pueblos y los ciudadanos. Todo hombre o toda institución, en todo el mundo, tiene siempre una dimensión política. El pontífice nos deja un buen puñado de ideas y mensajes: «Primero, la Política con mayúscula es una de las formas más elevadas del caridad», en frase que ya nos dijera Pío XI. Trabajar por una «buena» política significa empujar a un país para que avance, para que haga avanzar su cultura: eso es la política. Y se trata de un oficio. «Segundo, a mediados de febrero de 2016, me enteré por los periodistas de que Donald Trump habría dicho de mí, antes de ser elegido presidente, que yo era un hombre político, antes de declarar que, una vez elegido, haría construir miles de kilómetros de muros... Yo le agradecí que hubiera dicho de mí que era un hombre político, porque Aristóteles definió a la persona humana como un animal politicum, y eso supone un honor para mí. Por consiguiente, ¡soy al menos una persona! Tercero, el instrumento de la política es la proximidad. Enfrentarse con los problemas, comprenderlos. Hay otra cosa cuya práctica hemos perdido: la persuasión. Tal vez sea el método político más sutil, más fino. Escucho los argumentos del otro, los analizo y le presento los míos... El otro intenta convencerme, yo intento persuadirle, y de este modo caminamos juntos. Quizás no lleguemos a la síntesis de tipo hegeliano o idealista, porque eso siempre destruye algo». Tras estas ideas un poco generales, las palabras y las reflexiones del Papa Francisco abren otros horizontes: «Hacer política es aceptar que exista una tensión que nosotros no podemos resolve». Ahora bien, resolver por medio de síntesis es aniquilar una parte en favor de otra. No puede haber más que una resolución por lo alto, en un nivel superior, donde las dos partes den lo mejor de sí mismas, en un resultado que no es una síntesis, sino un itinerario común, un ‘ir juntos’. Hacer politica es buscar esta tensión entre la unidad y las identidades propias». Está claro que el Papa apuesta por un entendimiento entre todas las partes. Ahora, en el panorama, todo son enfrentamientos entre odios y destrucciones. Esa no será nunca la verdadera política.

* Sacerdote y periodista