Me invitan, gracias, a escribir algo con motivo de las próximas elecciones generales. Ya lo hice con ocasión de las elecciones andaluzas y tengo la tentación de autocopiarme. Haré un resumen de lo que escribí entonces: menos banderas, menos declaraciones, un poco de humor autocrítico con la ayuda de Valle-Inclán. Y la terrible desigualdad.

Empezaré diciendo que no suelo atender mucho a las campañas electorales. Intento, más bien, echar la vista atrás y recordar qué han hecho, o intentado hacer, los diferentes partidos y coaliciones que se presentan. Los hechos hablan, no las palabras: «Más vale un toma que dos te daré».

No sé si politeia es un título adecuado para este artículo. Lo he escogido porque no está claro el significado de esta palabra griega al traducirla y por eso, precisamente, la utilizo, porque tiene la suficiente ambigüedad como para generar curiosidad, quizás, y no rechazo, espero.

Volviendo a la campaña, me gustaría que no nos dejáramos llevar por frases y gestos, por la antipatía o simpatía, aunque sean inevitables, que nos provoque un vídeo, una entrevista.

Y aterrizando en los hechos, esta vez convertidos en noticias, puedo decir que, en los últimos meses, casi en las últimas semanas, algunos titulares de prensa me han perturbado.

Hago una selección: «La pobreza infantil en España, entre las más altas de los países industrializados». «Cerca de dos millones de niños pasan hambre en España». «Una media de 80 multas diarias contra la libertad de expresión». «Cien desahucios al día (en el año 2018) por no pagar el alquiler y 60 por el impago de la hipoteca». «Seis personas murieron cada día, en 2018, ahogadas en el mar Mediterráneo». «Quince mujeres asesinadas en lo que va de año» (ya son más). «Una de cada diez personas sin hogar tiene un empleo que no le da para eludir la pobreza». «La contaminación ya recorta en 20 meses la esperanza de vida de los niños que están naciendo ahora». «La UE prorroga la operación militar marítima de control del Mediterráneo... pero sin barcos». «Yemen es la peor crisis humanitaria del mundo, según Naciones Unidas, después de cuatro años de conflicto» (y España vende armas a la coalición que bombardea).

Los milagros no existen, pero miraré con atención, en las propuestas electorales (y en actuaciones recientes), a quiénes les preocupan estos hechos y a quiénes no.

* Activista por los derechos humanos