No ha mucho fue publicada la obra Il poeta del mito. Ovidio e il suo tempo, de Francesca Ghedini, uno de los más importantes referentes de la arqueología italiana del pasado siglo e inicios de éste. Jubilada felizmente hace ya algunos años, docente destacada, gestora poderosa e inigualable, culta, curiosa, tan grande como humilde a la hora de dar oportunidades, ha dejado para muchos de quienes tenemos el honor de conocerla y tratarla un vacío irremplazable y un recuerdo de verdad imperecedero, marcado por la admiración sin reservas, el respeto incondicional, y una cierta frustración, convencidos todos de que jamás alcanzaremos los niveles de excelencia de los que ella hizo gala en las múltiples facetas que cultivó. Continúa, sin embargo, desplegando una intensa, aun cuando algo más sosegada, labor de investigación, que nutre de madurez, conocimiento, serenidad y solvencia, fiel por otra parte a su compromiso con la alta divulgación; y así lo demuestra por enésima vez en este libro, verdadero deleite para los sentidos, en la mejor línea sensual e inspirada del autor en estudio, que constituye un tesoro para quienes puedan albergar algún tipo de interés por la obra del gran poeta de Sulmona, y en general por la Antigüedad Clásica, los sentimientos, el alma y las veleidades humanas, en su versión más intemporal.

El volumen no va destinado sólo a quienes, como ella, aman a Ovidio por su calidad, su fantasía, su inagotable vena poética, su falta de prejuicios, su ironía, su capacidad de traducir en impactantes imágenes el mundo del epos y del mito, o de penetrar las más profundas e intensas pulsiones del ánimo humano (deseo, pasión, odio, resentimiento…), incluso de sus defectos, de su falta de pudor a la hora de humillarse ante los amigos de antaño o de su carácter cortesano, sino también a quien no sabe nada de él y siente curiosidad por uno de los más grandes, prolíficos, geniales, intensos y controvertidos poetas de todos los tiempos, capaz de hablar con voz moderna de sentimientos eternos, por la Roma de su época, por su fantasía inagotable, y por sus múltiples, y no siempre gratas, vicisitudes personales. Mil y un aspectos que glosa Ghedini con voz poderosa y templada, prosa exquisita y cuidada, y seguro y magnífico pulso narrativo, propio de quien conoce a la perfección el tema objeto de estudio, lo ha interiorizado, y lleva madurándolo a fuego lento toda una vida. Y eso es en definitiva esta monografía: el precioso e imprescindible regalo de alguien que se ha preparado durante su larga y productiva existencia para entregarnos, perfectamente pulida, la más hermosa de las joyas que haya podido salir nunca de su crisol particular: il suo Ovidio, del que a diferencia de la mayor parte de los autores latinos conocemos la casi totalidad de su producción, lo que da idea del aprecio que se tuvo de ella en la Antigüedad.

Como bien señala la autora, Ovidio nos ha legado una suerte de enciclopedia de mitos, contados de manera tan cautivadora que acabaría condicionando el imaginario antiguo y moderno y fijando la tradición épico-mítica grecorromana en una redacción que, gracias al éxito del poeta y mitógrafo durante el Humanismo, el Renacimiento y el Barroco (también el Romanticismo), ha llegado hasta nuestros días influenciando arte, literatura, cine, danza y teatro; algo que Ghedini revisa exhaustivamente tratando de rastrear las tangencias entre los textos del poeta sulmonense y la producción y ornamentación figurativas -fundamentalmente romanas pero también de épocas posteriores-; contraponiendo de manera especular la palabra y la imagen; buscando determinar si literatura y arte en sentido amplio siguen caminos paralelos o, en cambio, surgen desviaciones, que trata en cada caso de justificar o explicar. Y es que Ovidio no dudó en modificar, reelaborar e incluso reinterpretar las versiones tradicionales, griegas y romanas, del mito, e introducir de ser necesario nuevos personajes y escenarios, hasta darles la forma que en buena medida perdurará en el imaginario colectivo posterior; en el que, aun así, no siempre resulta fácil establecer las debidas correspondencias.

Se trata, en definitiva, de una obra de madurez, sólida, exquisita, poética, estética y sugestiva, de imprescindible lectura para todo aquél que tenga algún interés en el complejo universo mitológico de la Antigüedad, en la actitud de Ovidio y sus contemporáneos ante la vida, el amor y el ser humano, en su forma de interpretar el mundo y las pasiones, y, por supuesto, en sus sentimientos y su sensibilidad más profundos e intemporales. En palabras de Ghedini: «El más grande compendio de la mitología clásica que la Antigüedad nos haya transmitido…, un caleidoscopio de imágenes que dialogan con un repertorio figurativo para nosotros casi perdido». Eso sí, por el momento está sólo en italiano.

* Catedrático de Arqueología de la UCO