En Andalucía hay pobreza. Urbana y rural. Pobreza, personas pobres. Una pobreza que tenemos ahí, que conocemos, que no queremos ver, que ignoramos conscientemente. Bastaría con preguntar a cualquier adulto en la calle de cualquier ciudad andaluza por los nombres de los barrios pobres, y rápidamente tendríamos una, dos o varias respuestas. Todos los andaluces sabemos que en Andalucía hay pobres desde hace mucho tiempo.

Para que nos hagamos una idea de la magnitud del problema basta con un dato del INE, que la Junta recoge en su pésimo informe Estrategia Regional Andaluza para la cohesión e inclusión social. Intervención en zonas desfavorecidas, aprobado el pasado 28 de agosto, (pág. 20): en Andalucía, según datos INE (2016), la tasa de riesgo de pobreza es del 35,4%, mientras que la media española es 13,1 puntos inferior. Lo que significa que el riesgo de pobreza en Andalucía es un ¡58% mayor! que en el resto de España. Un riesgo que se concentra en 187 barrios a los que la Junta ha llamado Zonas Desfavorecidas Identificadas (ZDI) en las que residen 1.490.215 personas, el 17% de la población andaluza (pág.28). Es decir, hay casi un millón y medio de andaluces que viven en barrios y zonas con alto riesgo de pobreza.

Por supuesto, no todas estas zonas o barrios son iguales. En algo más de la mitad es donde se concentran las peores situaciones, con niveles no ya de riesgo, sino de pobreza cierta. Dicho en plata: en Andalucía casi 900.000 personas viven en situación de pobreza, con rentas familiares medias que están entre los 550-800 euros al mes (6.600-9.600 euros/año) o lo que es lo mismo, con rentas que son el 25% de la renta familiar media española. En Andalucía hay, pues, 900.000 personas que viven como si lo hicieran en Centroamérica.

Son barrios en los que la tasa de paro llega al 50% de la población adulta y malviven con el trapicheo, con lo que salga y con las ayudas sociales (cuando llegan). Son barrios con un índice de abandono escolar de casi el 40%, con tasas de analfabetismo superiores al 5% y más de un 20% de personas sin estudios. Son barrios en los que menos del 5% tienen estudios de bachillerato. Barrios en los que las viviendas no llegan a 60 metros cuadrados, en las que se hacinan una media de 5 personas. Barrios en los que la gente no llega a finales de mes y pide a préstamo, además de la familia, no a un banco, sino a los usureros. Son barrios...

Son barrios en los que las condiciones de vida no han cambiado significativamente en los 30 años de retórica autonómica, a los que los ciclos de crecimiento no llegan, pero sí llegan las crisis. Son barrios a los que las administraciones públicas no saben tratar. Son barrios a los que unas cuantas ONG, organizaciones de Iglesia, funcionarios voluntariosos y unos cuantos vecinos comprometidos contienen. Barrios que necesitan ayuda y, desde luego, otras políticas y actitudes sociales.

En Andalucía hay pobreza. Y porque existe y me interpela como andaluz, me enfada la campaña en la que se han enzarzado unos y otros por frívola y superficial. Porque en esta pobreza hay una responsabilidad del PSOE que ha tenido más de 30 años para abordarla en serio y no con eslóganes vacíos que nada significan y recetas fallidas por ideológicas. Y una responsabilidad de la oposición, que, en un caso, ignora y se desentiende de estos problemas y no sabe proponer alternativas, y, en otro, la explota y busca soluciones en filósofos del siglo XIX.

En Andalucía se vive muy bien, repetimos los andaluces a los foráneos. Y es cierto, pero según donde te haya tocado nacer. Andalucía te quiere, decía un anuncio de la Junta. Y es cierto, pero a unos más que a otros. Porque en Andalucía, aunque no queramos saberlo, hay pobreza. Hay andaluces pobres.

* Profesor de Política Económica. Universidad Loyola Andalucía