El agradecimiento también es memoria

El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº2 de Córdoba ha atendido el recurso presentado por la Asociación Campera y del Rejoneo Antonio Cañero y dictado sentencia declarando nulo el acuerdo, adoptado por el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba, de cambiarle el nombre a la plaza de Cañero por el de plaza de los Derechos Humanos.

¡Por fin! D. Antonio Cañero puede volver a tener su plaza legalmente, ¡Plaza de Cañero! como recuerdo y agradecimiento de los cordobeses a su acto de entrega más solidario. Ya así se hizo cuando en el año 1986, siendo alcalde de la ciudad D. Herminio Trigo y a petición de la Asociación de vecinos del Barrio de Cañero, el Pleno de aquél Ayuntamiento le puso a la plaza el nombre de ¡Plaza de Cañero! Eran tiempos de agradecimiento, encuentro y de reconciliación. Y hoy, tras esta sentencia, esperamos vuelvan de nuevo y llamarse así la plaza. Con sensatez y sin revanchas, con agradecimiento y sin resentimientos.

La sentencia no deja lugar a dudas... A la plaza de Cañero no se le puede aplicar la Ley de Memoria Histórica. A D. Antonio Cañero no se le pueden atribuir actos inculpatorios durante la Guerra Civil. Su inclusión en el callejero es solo de agradecimiento.

D. Antonio Cañero, tras los éxitos alcanzados en su vida como profesor de equitación militar, como creador del nuevo estilo de rejoneo, como actor de cine o como benefactor, se convirtió en uno de los ‘grandes de Córdoba’. Durante la guerra civil su figura fue utilizada y manipulada por ambos bandos de forma interesada.

D. Antonio Cañero, retirado de los ruedos por prescripción médica y de la carrera militar, se une en Córdoba el 18 de julio al ejército nacional con 51 años. En su hoja de servicio, durante toda la guerra civil no figura ningún hecho destacado, ni concesión de medalla alguna como premio a actos de relevancia realizados por D. Antonio Cañero durante la guerra.

Las famosas medallas retiradas del Museo Taurino de Córdoba, como supuestas condecoraciones concedidas por sus acciones en la guerra, eran solo medallas otorgadas por su participación en actos conmemorativos de la Guerra de la Independencia.

Cada vez que se profundiza más en el papel jugado por D. Antonio Cañero en la guerra comprobamos que su labor no fue relevante, justo lo contrario a lo que aportó al mundo de la tauromaquia, donde el personaje crece hasta hacerse gigante, como lo fue su ingente labor benefactora, desarrollada durante toda su vida, y especialmente con la cesión de los terrenos que actualmente componen el barrio que lleva su nombre. Merece por parte de historiadores, medios de comunicación y cordobeses en general, una revisión de posiciones negativas sobre él y que el señor del rejoneo ocupe, de una vez por todas, la posición que merece. El rigor intelectual existe.

Hoy Córdoba puede estar de enhorabuena, y sin reservas, el nombre y recuerdo de Cañero puede y debe estar en el corazón de todos nosotros. ¡Bueno! ... Y en el de su plaza.

Presidente de la Asociación Campera y del Rejoneo Antonio Cañero / Córdoba