Vox pide la implantación del llamado pin parental en Murcia y todos nos rasgamos las vestiduras. Por lo visto no quieren que adoctrinen a sus hijos ni que les hablen de libertad sexual o de feminismo.

Ignoro con precisión qué se imparte en esos talleres (tengo entendido que son de temática bastante variada), pero no creo que sea tan fácil adoctrinar a un niño. Somos los adultos, en general mucho más rígidos y bobalicones, los que nos dejamos adoctrinar y acabamos confundiendo nuestra ideología con nuestra alma.

Mis hijos dan por sentados la libertad sexual y el feminismo, tal vez porque recibieron alguna charla en el colegio o tal vez porque en casa ambas cosas se viven con absoluta normalidad desde hace muchos años (en casa de mi madre, siendo yo niña, ya venían de visita Terenci Moix y Jaime Gil).

Yo, francamente, me conformaría con que saliesen de la escuela sabiendo quiénes eran Miguel Ángel y Cervantes, pudiendo sumar y restar y escribiendo sin faltas de ortografía una o dos lenguas, pero creo que esos talleres tienen una función, humilde tal vez, pero la tienen.

Eso no quita que considere que casi todo lo que hace falta saber sobre el ser humano ya esté dicho en el primer artículo de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789: «Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos». Ahí está todo, no hay nada más que entender, pero si además se desea impartir unos talleres para hablar de tolerancia, homofobia, maltrato y métodos anticonceptivos, pues me parece tan bien como que vayan de excursión a la montaña; no es imprescindible -tanto el sexo como la montaña son ineludibles a lo largo de una vida, tarde o temprano se toparán con ellos-, pero es positivo. No todo pueden ser matemáticas y letras, también tiene que haber algo de diversión, y no hay nada más cómico y patético para un adolescente que oír a un adulto (o sea, a un viejo) hablando de sexo.

No puede ser malo que sepan, si es que no lo saben ya, que hay distintas opciones sexuales, enfermedades de transmisión sexual y algunos comportamientos abusivos intolerables. Por otro lado, si lo que tanto preocupa a Vox es que adoctrinen a sus hijos tontos (a la gente lista no se la adoctrina tan fácilmente, pero igual la gente de Vox solo tiene hijos cortitos), pues tonto por tonto, yo pienso que es mejor un tonto tolerante y abierto que un tonto reaccionario, ¿no? Y hoy en día tienen muchas más salidas.

Lo que yo sí que implantaría por ley es un test de inteligencia para todos los que se quieran dedicar a la política, me importa un pito saber cuántas casas o coches tienen o si viven en un chalet hortera o en un piso maravilloso, pero estaría bien saber qué tienen en la cabeza.

* Escritora