Amanecemos hoy viernes con la dolorosa noticia del fallecimiento del joven de Castro del Río que fue ingresado ayer en la UCI del Reina Sofía por un golpe de calor. ¡Diecisiete años! Una vida truncada. El chico estaba segando en el campo, se sintió mal, se bañó en una piscina de la finca y, al persistir los mareos, fue trasladado al hospital, donde no ha sido posible salvarle la vida, según las informaciones que publicamos en nuestro periódico. Quizá haya más circunstancias de salud o de otro tipo que concurran en este tristísimo desenlace, pero en este momento solo cabe el sentimiento hacia el sufrimiento de su familia y amigos y la pena por este horrible comienzo del verano en Córdoba. Y en España, donde ya hay otro caso más.

La muerte no cabe en el pensamiento de una persona en los primeros años de su vida, el cuerpo es fuerte, pide acción y se deleita en ella, de ahí la dificultad de los adultos para hacer comprender el peligro a los jóvenes. Pero la traición del calor, de la deshidratación, toma por sorpresa a personas de todas las edades, muy especialmente a deportistas y a los más mayores. Por eso, es importante que no desdeñemos sus riesgos, aun cuando la ola de las máximas temperaturas todavía no ha aterrizado en Andalucía. Tengamos cuidado, cuidemos a los que nos rodean, sigamos los consejos de las autoridades sanitarias. Esta mañana hemos despertado con lo peor del verano y en gran parte está en nuestras manos evitar que se repita.