Cada nuevo detalle sobre el caso del máster de Cristina Cifuentes siembra más dudas sobre el futuro político de la presidenta de la Comunidad de Madrid. La fiscalía, a la que la Universidad Juan Carlos I ya ha entregado la documentación, y la justicia determinarán la posible comisión de un delito de falsedad en documento público, y el rectorado deberá depurar responsabilidades si quiere preservar la credibilidad de una institución que arrastra otras penosas polémicas. Pero la resolución política no podrá esperar a las pesquisas judiciales, pues lo que está en cuestión es la credibilidad de toda una presidenta autonómica. Cifuentes mantiene su negativa a dimitir aduciendo que su proceder siempre fue impecable, pese a que las escasas pruebas que esgrime se han revelado falaces. Aparte de arruinar la convención nacional del PP en Sevilla, el caso es también una patata caliente para Ciudadanos, su apoyo en la Asamblea de Madrid. El socialista Ángel Gabilondo impulsa una moción de censura que aunque recabe apoyo de Podemos solo prosperará con el voto de Cs. Para el partido de Albert Rivera, desbancar a la líder del PP y entregar Madrid a la izquierda, a un año de las autonómicas, podría ser letal en las urnas. Su escenario óptimo sería relevar a Cifuentes por alguien del PP, pero ni ella está por la labor, ni Mariano Rajoy en condiciones de imponérselo. La suma de debilidades no presagia un desenlace edificante.