¡Se acabó el chollo! Los empleados y pensionistas del Vaticano ya no podrán comprar tabaco barato en el supermercado de la Santa Sede, una tienda estupenda en la que la Curia y las personas que trabajan para ella pueden adquirir todo tipo de productos de calidad a precios muy ventajosos. Seguirán vendiéndose otras cosas, vinos, licores o alimentación, pero el Papa ha dado orden de que allí no se venda tabaco desde enero del 2018. Y lo explica de forma convincente: «La Santa Sede no puede cooperar con una práctica que daña claramente la salud de las personas». Así lo confirma a Efe portavoz del Vaticano, Greg Burke, pues según Francisco «ningún beneficio (para el Estado Pontificio) puede ser legítimo si le está costando la vida a la gente».