Cuántos años de lucha, cuántos gritos han tenido que dar nuestras hermanas argentinas para llegar hasta aquí en la renombrada Argentina de Maradona y Evita Perón. Este es el otro lado de las leyendas, el de las calles: el de los 447.000 abortos ilegales por año según cifras extraoficiales y más de 45.000 ingresos hospitalarios que el Ministerio de la Salud apunta entre 2010 y 2017. El de todas las hermanas argentinas criminalizadas que tuvieron que recurrir a un aborto (prohibido y encubierto) poniendo en riesgo sus vidas con perchas, sondas o perejil, entre otros.

Otras cifras hablan de las más de 3.000 hermanas fallecidas en Argentina por complicaciones en abortos clandestinos en los últimos 37 años y de decenas de miles de ingresos. Y todo ello en una lucha que ha durado más de 30 años desde que el 8 de marzo de 1984 la feminista María Elena Oddonel, precursora en esta reivindicación, pronunciara «no a la maternidad, sí al placer», en la primera marcha por el Día Internacional de la mujer. Pedía por primera vez desde el regreso de la democracia a Argentina la despenalización del aborto porque «nadie tiene que explicarnos los tres pilares sobre los que se asienta la opresión femenina: maternidad, sexualidad y trabajo doméstico». Esta lucha se intensificó especialmente en 2005 con el símbolo del pañuelo verde y el movimiento #NiUnaMenos.

Han tenido que sucederse demasiadas muertes, sangre, gritos y marchas para que el pasado 30 de diciembre de 2019 nuestras hermanas argentinas alcanzaran el derecho (aunque bastante limitado) a decidir sobre sus cuerpos: cualquier mujer podrá abortar hasta la semana 14 de gestación. Si en 2018 esta iniciativa quedaba en un «no», esta vez hemos ganado por 9 votos y una abstención.

Desde luego, es una decisión que no apoya la totalidad de la sociedad pero, como dice el presidente Alberto Fernández, que ya lo llevaba en su programa, debe legislar para la mayoría aunque sea católico y la llamada «ola celeste» se ha visto aplastada ni más ni menos que en el territorio del que procede el Papa Francisco.

Sí, hermanas, hemos ganado en Argentina, pero aún queda mucho delante, porque en América Latina el aborto solo es legal en Cuba, Uruguay, Guyana, Puerto Rico y Ciudad de México. Seguiremos ocupando las calles, oteando nuestros pañuelos verdes. Aún nos queda voz para mucha lucha.

* Escritora