Parece ser, más vale tarde que nunca, que amenazar o desear la muerte públicamente a una persona, en este caso concreto a un niño enfermo con una grave enfermedad, maldito cancer, únicamente por ser aficionado al toreo, ya no es gratis, ya que los tuiteros que abierta y públicamente desearon la muerte de Adrián Hinojosa, la cual por desgracia para algunos ocurrió en abril de 2017.

El pasado día 16 en el Juzgado de lo Penal número 2 de Valencia, se juzgó a tres tuiteros que se enfrentan a penas de hasta tres años por un delito de odio y, perdonen, no de libertad de expresión, sino concreta y claramente por un delito de odio.

Una mujer, de las tres «personas» encausada de Eibar, residente en Elgoibar (Guipúzcoa) escribió, repito, escribió: «No voy a ser políticamente correcta. Que se muera, que se muera ya un niño enfermo que quiere curarse para matar a herbivoros inocentes y sanos que también quieren vivir. Anda ya. Adrián vas a morir».

Si este comentario no constituye un delito de odio, muy pocos lo constituiran. Ni los inocentes y sanos animales son así entre ellos y no olvidemos que los animales no quieren... tienen instintos, luchan en su ciclo vital. No hay peor animal que el ser humano aunque ciertos individuos no conocen ni conoceran la humanidad.

Puedo y estoy de acuerdo que no a todo el mundo puede gustarle los toros, pero hay que respetar a quien sí, sin respeto no hay nada. En fin, solo pido que la justicia no sea ciega y «coja al toro por los cuernos».