Las colas para acceder a los patios son algo habitual, por lo que es importante armarse de paciencia. La recompensa, sin duda, aguarda en el interior. La filosofía de esta fiesta, abierta a todos, no casa con actitudes como la vivida ayer en la puerta de un patio de San Basilio, donde dos visitantes se enzarzaron por quién entraba primero. Lo dicho: paciencia.