Hace poco más de una semana compré un libro coordinado por de José Luis de la Granja y titulado La España del siglo XX a debate. Homenaje a Manuel Tuñón de Lara (Tecnos). En la primera parte seis trabajos realizan un balance de lo que a comienzos del siglo XXI se conoce sobre los nacionalismos, la España de la Restauración, la II República, la guerra civil, la dictadura franquista y la Transición. En la segunda se recogen colaboraciones, tanto de colegas como de discípulos, acerca de la trayectoria vital e intelectual de Tuñón de Lara. Todo ello porque en este año se cumplen veinte de su fallecimiento en enero de 1997. Al ver el libro recordé cómo en ese año estaba previsto que en su congreso de Vitoria la Asociación de Historia Social de España, de cuya Junta directiva yo formaba parte en aquel momento, le entregara el reconocimiento como Socio de honor, pero se hizo a título póstumo. Lo acompañaban en la distinción otros dos historiadores, Casimir Martí y Antonio Domínguez Ortiz. De este último, uno de los más grandes historiadores andaluces, conservo la anécdota de que en el momento en que se estaba desarrollando el acto se acercó a mi oído y me dijo: «Don Manuel es que ya era muy mayor, ¿verdad?». Creo que Tuñón tenía 81 años cuando murió, pero es que Don Antonio, en aquella fecha, ¡tenía 88!

Para quienes no lo conozcan, es necesario señalar que Tuñón de Lara, exiliado en Francia y establecido en la Universidad de Pau desde 1965, fue uno de los historiadores que varias generaciones de universitarios de los años 60 y 70 tuvimos como referencia por sus aportaciones a la historia social y por sus esfuerzos para sacar a la disciplina de la mediocridad que predominaba entre el personal dedicado a nuestra etapa contemporánea. Para ello fueron fundamentales los Coloquios de Pau, continuados tras su vuelta a España en Segovia y en Cuenca. Entre otras, eran de lectura obligada sus obras La España del siglo XIX; La España del siglo XX; Metodología de la historia social; Antonio Machado, poeta del pueblo o su monumental El movimiento obrero en la historia de España. De esta tengo un ejemplar dedicado de la primera edición (1972), pues en 1982 estuvo en Montilla y tuve el honor de acompañarlo a visitar, junto a otros colegas, la biblioteca de Manuel Ruiz Luque. En la Fundación en la que hoy se ha convertido la misma, en la sala de investigadores, una fotografía da testimonio del encuentro.

Tuñón intervino en el Homenaje tributado a Juan Díaz del Moral en Bujalance en 1980, en unos actos con gran participación popular, pues la historia jugaba un papel clave entonces, de hecho en su conferencia de Córdoba en el Alcázar el salón de mosaicos estuvo repleto de público. Al año siguiente el Ayuntamiento de Córdoba, por iniciativa del concejal andalucista Francisco Martín, convocaría el premio de investigación Juan Díaz del Moral, en cuyo jurado estuvo Tuñón. En su primera edición el premio quedó desierto y se concedió un accésit a la obra que presenté, en colaboración con José Calvo, sobre los sucesos de Montilla de 1873, publicada con un prólogo de Tuñón. Por eso visitó Montilla al año siguiente al repetir como miembro del mismo jurado. Volví a verlo en un par de ocasiones y en una de ellas me animó a que continuara con algo que entonces iniciaba, mi aproximación a la biografía de Niceto Alcalá-Zamora (él hizo el prólogo a una selección de sus discursos publicada en 1979). Seguí sus trabajos y tengo buena parte de sus publicaciones, pero sobre todo conservo de él su figura como referente por ayudarme a comprender nuestra historia y también por descubrirme a Machado, siempre presente en sus textos, por ello quizás se despediría con las palabras que el poeta dedicó a Giner: «Sed buenos y no más, sed lo que he sido entre vosotros: alma».

* Historiador