El 28 de abril, además de celebrarse las elecciones generales, también se celebra el Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, y por eso desde CCOO reivindicamos una vez más el derecho que tenemos las trabajadoras y trabajadores a tomar el control sobre nuestras condiciones laborales y a exigir un trabajo sin riesgos.

Esta coincidencia de celebrar la «fiesta de la democracia» y la reivindicación de un trabajo seguro tiene que servir para que nuestros representantes políticos tomen conciencia de la necesidad de trabajar y legislar para evitar los accidentes de trabajo y erradicar las enfermedades profesionales, aspectos que tienen en estos momentos muy poco peso en las prioridades de los partidos políticos.

Sirvan estos datos para ver la magnitud del problema: en España se registraron en 2018 más de 1,3 millones de accidentes laborales, con 652 muertes a consecuencia de los mismos; en Andalucía se produjeron cerca de 90.000 accidentes laborales con 93 muertes, lo que supone el 14,26% de las que se produjeron en el territorio nacional, y en Córdoba fueron más de 11.000 accidentes de trabajo, con 10 muertes. Estas cifras, ya de por si lo suficientemente alarmantes, son las de los accidentes registrados en las mutuas pero mucho nos tememos que su número sea superior pues muchos accidentes y enfermedades profesionales pasan como accidentes fuera del trabajo o enfermedades comunes. Para revertir esta situación, una de las primeras medidas que debería de tomar nuestro próximo Gobierno es la de acabar con la precarización del mercado de trabajo, que sigue instalada estructuralmente aprovechando la crisis que sirvió de excusa para la reforma laboral del 2012 que reforzó unilateralmente el poder de los empresarios, dotándoles de herramientas para hacer prevalecer sus intereses .

La inseguridad laboral está íntimamente ligada con la precariedad, que monopolizan en estos momentos las actuales contrataciones laborales, y la devaluación salarial, obligando a los trabajadores y trabajadoras, en muchos casos, a elegir entre salario o salud, entre derechos o empleo.

Si los accidentes quedan ocultos, no hablemos de las enfermedades profesionales. Este año queremos resaltar el oscurantismo y ocultamiento de las enfermedades profesionales, que no se registran, por lo que no se previenen y lo que no se previene termina dañando a la salud de las personas trabajadoras. Pongamos un ejemplo: cada día es mayor el número de personas trabajadoras afectadas por diferentes tipos de cáncer de origen laboral, que es una de las grandes asignaturas pendiente de las políticas de salud laboral. En España solo se declaran entre el 0,1 y el 0,2% de los cánceres laborales estimados.

Por eso, desde CCOO creemos que es el momento de tomar el control y exigir un trabajo sin riesgos. Para ello, no valen las soluciones individuales, hay que organizarse colectivamente, que es la medida preventiva más eficaz.

* Secretario de Salud Laboral de CCOO de Córdoba